Imatge
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Se trata de una especie de pájaro en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), presente en el Zoo de Barcelona desde el año 2019
Actualmente, tan solo hay 700 individuos en libertad, una cifra que ha aumentado en las últimas décadas gracias a los programas de conservación que se realizan en Marruecos y en diferentes zoos europeos
Los ejemplares liberados, nacidos en el Zoo de Barcelona el pasado año, llevan emisores GPS financiados por la Fundación Barcelona Zoo que ayudarán a hacer un seguimiento y valorar el éxito de la reintroducción de la especie
Este mes de noviembre han sido liberados en Vejer de la Frontera (Cádiz), dos machos de ibis eremita (Geronticus eremita) nacidos en el Zoo de Barcelona el pasado año. Se trata de un pájaro propio de la cuenca mediterránea, considerado en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Los ejemplares se marcharon de Barcelona a principios de octubre. Antes de su reintroducción en el medio natural, han pasado una cuarentena en el Zoobotánico Jerez y unas semanas de adaptación en una finca de Vejer de la Frontera, desde donde se planifican las liberaciones en pequeños grupos diarios para favorecer la asimilación en los grupos en libertad.
Las dos aves llevan emisores GPS, financiados por la Fundación Barcelona Zoo, que ayudarán a valorar el éxito de la reintroducción de la especie.
El Zoo de Barcelona incorporó esta especie en el 2019 por recomendación de la coordinadora del Programa Europeo de Especies en Peligro EEP. Fueron, concretamente, cuatro machos procedentes del Zoo de Stuttgart (Alemania) y cuatro hembras del Nordens Ark (Suecia) que en el 2021 tuvieron sus primeras crías.
Los últimos ejemplares de esta especie en libertad, unos 700, se encuentran en el sureste de Marruecos, y han desaparecido en la práctica de Oriente Próximo y de Europa, donde hasta el siglo XVIII se podían encontrar incluso en países alejados del ámbito mediterráneo, como Austria, Hungría y Suiza.
La población actual se distribuye en dos grandes núcleos mayoritarios: el más abundante es sedentario y vive en las costas de Marruecos; el otro, más escaso, es migratorio y se desplaza entre Siria y Etiopía. Su hábitat más habitual son zonas áridas con acantilados, donde establece las colonias de cría. Se alimenta principalmente de insectos y pequeños vertebrados (anfibios, reptiles y pequeños mamíferos).
La Fundación Zoo colabora en la reintroducción de la especie en el sur de la península a través del “Proyecto Eremita”
El año 1990, la población mundial del ibis eremita se estimaba en unos 250 ejemplares, con menos de 50 parejas reproductoras. Sin embargo, gracias a los programas de conservación in situ que se desarrollan en Marruecos y la conservación ex situ que se lleva a cabo en los zoos europeos a través del programa de Especies en Peligro (EEP) de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), sus poblaciones en libertad están aumentando sensiblemente.
Siguiendo esta línea, el año 2004 el Zoobotánico Jerez y la Junta de Andalucía pusieron en marcha el “Proyecto Eremita”, con el asesoramiento científico de la Estación Biológica de Doñana (CSIC). El objetivo era estudiar diferentes técnicas de liberación de ejemplares nacidos en cautividad para establecer una población sedentaria, estable y autosuficiente en la zona.
La Fundación Barcelona Zoo colabora desde el año 2019, a través de la cría ex situ y la cesión de equipos técnicos para las tareas de seguimiento de animales.
El proyecto ha permitido consolidar dos colonias reproductivas que se ubican en los acantilados de la Barca de Vejer (Vejer de la Frontera) y en la Torre de Castilnovo (Conil de la Frontera). En total, las forman unas 200 aves. Durante la campaña de sueltas de este año, comprendida entre octubre del 2022 y febrero del 2023, se espera incorporar al contingente de aves en libertad unos 40 individuos procedentes de diferentes zoos, incluido el de Barcelona.
Este año ha habido un incremento notable en el número de parejas. Las dos colonias concentran 28 parejas y 32 pollos que han volado, que marcan un récord para la población. Con estas cifras, se cree que se está cerca de alcanzar la población mínima viable que permita el crecimiento sin necesidad de liberar animales criados ex situ.